
El sinuoso y tortuoso camino de la crianza de los hijos
El trabajo de criar santos ciertamente no sigue una línea recta y hacia adelante. Si la paternidad les parece un ejercicio de dos pasos hacia delante, uno hacia atrás y cuatro hacia los lados... tranquilos, es normal. Dios tiene un plan hermoso y específico para cada uno de sus hijos, y mientras ustedes guían a sus hijos hacia ese plan, he aquí algunos pensamientos que les ayudarán a navegar por este loco y tortuoso viaje.
El trabajo de criar santos ciertamente no sigue una línea recta y hacia adelante. Si la paternidad les parece un ejercicio de dos pasos hacia delante, uno hacia atrás y cuatro hacia los lados... tranquilos, es normal. Dios tiene un plan hermoso y específico para cada uno de sus hijos, y mientras ustedes guían a sus hijos hacia ese plan, he aquí algunos pensamientos que les ayudarán a navegar por este loco y tortuoso viaje.
Olvidar el horario
Los puntos de referencia y los plazos pueden ser una fuente de estrés y presión, y nos animan a presionar constantemente para conseguir la siguiente habilidad, acontecimiento o hito. Dios no tiene reloj y la mayoría de los niños tampoco. Tenemos que prestar atención a cómo medimos el éxito y a lo que nos parece verdaderamente importante. Cuando nos preocupamos por lo que nuestros hijos no están haciendo al mismo ritmo que sus compañeros o hermanos, es posible que nos estemos perdiendo lo que sí están haciendo.
Las 3 acciones
El aprendizaje es el trabajo de la infancia, y los niños no están preparados para hacerlo bien a la primera ni que se les quede. Desde aprender a ir al baño hasta recoger los calcetines sucios o conducir, necesitamos aplicar con cariño tres acciones. Los niños olvidan cómo hacerlo, así que hay que volver a enseñarles; no es porque no estuvieran prestando atención, simplemente necesitan su amor y tiempo mientras ustedes les vuelven a enseñar pacientemente (otra vez). Los niños no son responsables, trabajadores y asalariados (todavía), así que necesitan que se les vuelvan a ayudar. Vuelvan a ayudarles cuando no recuerden cómo empujar una silla o llevar los platos al fregadero; no son vagos, sólo necesitan que alguien comparta la tarea a veces. Las lecciones importantes tienen que venir con recordatorios. Necesitan que les vuelvan a recordar su amor por ellos, que el Padre les adora, que ser discípulo es duro y que los calcetines sucios van al cesto. Las Escrituras son una historia continua de Dios enseñando y volviendo a enseñar; Dios ayudando y volviendo a ayudar; y Dios recordándonos una y otra vez su plan, amor y presencia. Él nos dará la gracia para vivir estas tres acciones en nuestra crianza como Él lo hace en la suya.
Deleite
Dios se deleita en sus hijos, y ellos le importan mucho, no importa cuántas veces haya que recordarles que se coman el brócoli o que dejen de pellizcar a su hermana. Dios también se deleita en ustedes porque aman a los niños que les importa. Él no les amará más si sus hijos siguen todas las reglas y alcanzan todos sus hitos. Les concede la gracia de la paciencia, el amor poderoso y la confianza porque ser padres luchando por criar santos le deleita a Él, ¡y ustedes también le deleitan!
Cebolla invertida
Criar a los hijos es como pelar una cebolla al revés. La madurez, fidelidad, empatía, bondad y compasión tardan tiempo en desarrollarse y construirse, capa a capa. Estamos en el negocio de plantar semillas y cuidarlas, no de conseguir un roble al instante.
Trifecta diaria
Sí, algún día se llevarán bien con sus hermanos, aprenderán a manejar sus emociones y sabrán utilizar sus palabras adecuadamente, aunque la época tormentosa en la que se encuentran les haga dudar. Tres cosas pueden calmarles y tranquilizar sus corazones. Descansen en el hecho de que las estaciones cambian y se produce el crecimiento. Esperen a que el Señor les revele su plan perfecto para sus hijos y empápense de su amor por ustedes y por sus hijos mientras esperan. Lleven a sus hijos al Señor en oración, preguntándole cómo criarlos según el plan que tiene para ellos.
Sheri Wohlfert es una esposa, madre, abuela, oradora y escritora católica. Visita su blog en www.joyfulwords.org.